Luzía Sonríe...

Si las pulgas hablaran, picarían menos.

Relatos cortos.

Mi afición por escribir historias.


Esta es una afición que he descubierto hace poco gracias a un curso de Experto en Escritura Creativa. Me entretiene inventarme historias cortas, marcándome unas características y una extensión concretas. Es un reto. Son ejercicios de escritura creativa para desarrollar la técnica, agudizar el «ojo» para encontrar elementos sobre los que escribir y tratar que todo tenga sentido en un espacio limitado.

Algunos textos resultarán más atractivos que otros, más coherentes, más interesantes. Pero, esto es un aprendizaje y para ello hay que escribir, leer, borrar, editar… y publicar! Porque es esta última acción la que me genera la tensión suficiente como para agudizar los sentidos en busca de los detalles, de mejorar y entretener. Pero, sin obsesiones…

¡Espero disfruten leyendo tanto como yo escribiendo!

  • Retoques a la edad.

    Retoques a la edad.

    De nuevo me descubro frente al espejo, criticando nítidamente la calidad de los años que han transcurrido sobre este cuerpo que habito, centrada, ahora en una cara que parece empezar a ser atraída irresistiblemente por la gravedad. La de Júpiter, no la de aquí. ¿Cuándo le dije adiós a la tersura y a mi juventud?…

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  • Su risa en cursiva.

    Su risa en cursiva.

    Describir a un ser querido sin caer en una enumeración de detalles es todo un reto, sobre todo cuando se busca remover la ternura sin caer en el conflicto. Pero, hay momentos que quiero guardar en el recuerdo por medio de las palabras, en forma de relato. Escribir sobre mi abuela y los momentos que…

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  • El reloj mellado.

    El reloj mellado.

    Práctica en primera persona.

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  • En una habitación de hotel.

    En una habitación de hotel.

    Una historia basada en «Habitación de Hotel» de Edward Hopper.

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  • Una tarta de queso.

    Una tarta de queso.

    Una tarta de queso, una llamada, un antes y un después.

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